Marco Evaristti busca explotar las paradojas, y de qué manera: si finalmente Gene Hathorn es ejecutado en la silla eléctrica en Texas, por iniciativa de Evaristti su cuerpo será troceado, triturado y convertido en comida para peces. Quieren impedírselo, aunque no su muerte. Condenado a muerte, comida para peces, de Marta Peirano.
«Evaristti, que está recogiendo fondos para defender la apelación vendiendo obras de arte del propio prisionero, cree que sí hay un problema moral, pero que está en otro sitio. “El verdadero problema explica es que haya asesinatos legales en nuestra civilización”. Texas es el estado líder en ejecuciones, en casi todos los casos de individuos de clase baja sin posiblidades de una buena defensa legal.
Una empresa, cuyo nombre no será revelado, se ocupará de los detalles técnicos: inmediatamente después de la ejecución, el cadáver será congelado y trasladado en avión a Alemania, donde será despiezado, triturado y tratado convenientemente para que los peces puedan ingerirlo.»