Desde hace un par de décadas, en España el signo de modernidad de un pueblo/ciudad es plantar una escultura en una plaza pública; tanto más moderno será cuanto grande sea el nombre del escultor. Y es mucho más importante el requisito de que sea grande, muy grande, que de que sea hermosa. Roberta Smith escribe sobre El renacimiento de la escultura bajo el impulso de grandes nombres que son reclamados como iconos.
2008-09-20 14:14
Totalmente de acuerdo con el artículo. Un poco de color local. Dos buenos amigos compiten en un nuevo proyecto de escultura en Durango, que se nos está llenando de esculturas (prefería tropezar con árboles que con esculturas, pero tambien es molón la cosa cultureta). Hay tambien enlace para patrocinar el presente comentario ;-) : El matadero de artistas