Rafael Marín es profesor y esta es la fecha en la que vuelve al instituto, al igual que los niños y adolescentes, a quienes observa desde su posición privilegiada. En un texto hermoso de giro final triste, el autor sabe que en el fondo Se sienten solos.
«Lo más triste, es que se sienten solos. Lo leemos estos días y tenemos que dar crédito a lo que leemos, porque es cierto. Se sienten solos porque hace tiempo que la sociedad los ha dejado a su aire, convirtiéndolos en blanco de consumo (cine, música, moda, ropa, bebidas, todo se hace casi en exclusiva para ellos), mientras los mayores nos dedicamos a eso tan discutible que es trabajar para vivir y asegurarnos, a nosotros y también para ellos, un futuro de provecho.
Hace unos años, se nos decía que las familias no hablamos a la hora de comer, porque estamos hipnotizados viendo la televisión a esa hora. Ahora, se nos advierte que nuestros hijos vuelven a casa y no encuentran a nadie, que se tienen que organizar ellos solos las meriendas y los estudios, que ni pueden recurrir en muchos casos a la mano salvadora de los abuelos.»