A raíz de un artículo sobre la bienal de arquitectura de Venecia Settembrini se pregunta hacia dónde va la arquitectura actual y cómo se ha separado de su objetivo inicial: construir edificios útiles para el hombre: Cómo acabar de una vez por todas con la arquitectura.
«Y es que debo de ser de la vieja escuela, porque siempre he pensado que el objeto de la arquitectura era la construcción de edificios. Con una u otra forma, con una u otra utilidad, la idea era construir edificios. Pero no. Ahora leo que para Aaron Betsky, comisario de la exposición, “una arquitectura que pretenda dar soluciones construyendo es falsa, está muerta”, y “los edificios son la tumba de la arquitectura”. En consecuencia, la bienal muestra una serie de instalaciones y performances que recrean espacios en los que se juega con elementos como la luz, la temperatura y otros elementos más o menos tangibles, adobado todo ello con una generosa dosis de desnudos, que es algo que nunca está de más. No se encuentran en la bienal maquetas, edificios ni proyectos, nada de edificios, esa vulgaridad. Aprendemos en la bienal a establecer relaciones sociales, económicas o ambientales, a ahorrar energía, exploramos los vínculos entre la arquitectura visual y la virtual, el uso de nuevas tecnologías…»