Amaya Noain se despide de La Ciudad Invisible, uno de los programas radiofónicos más diferentes y personales de las ondas españolas, una víctima más de la difícil y por momentos absurda reconversión que está sufriendo Radio 3. La búsqueda de La Ciudad Invisible llega a su fin.
«Desde sus comienzos son muchas las millas radiofónicas que sus tripulantes han recorrido en busca de la utopía. Y en este sinuoso trayecto, por sus camarotes han pasado los más diversos personajes del mundo de las letras, el cine, el teatro, la música, la pintura y la creación en general. Todo ello, en una mezcolanza perfecta con historietas radiofónicas, entrevistas, que, a pesar de su cercanía al oyente, plasmaban, sin artificios innecesarios, un retrato perfecto del entrevistado, y sus característicos cuadernos de bitácora aliñados con ese tono burlesco que tan bien conecta con la audiencia. Pero eso sólo es el recuerdo y lo que perdura son los olores, sabores y sensaciones que hemos experimentado de la mano de su tripulación, a veces intermitente. Porque, La Ciudad Invisible, fue, ante todo, un programa para los sentidos y para la imaginación.»