John Carlin elabora un perfil largo y detallado sobre la figura de Ban Ki-moon, coreano del sur y secretario general de las Naciones Unidas. Las conclusiones sobre el personaje son muy desalentadoras. Ban Ki-moon, el hombre invisible. Vía Guerra Eterna
«Los entrevistados, en su mayoría, han hablado con la condición del anonimato y han insistido, todos, en hacerlo off the record cada vez que se aventuraban a expresar una opinión sobre Ban, incluso en los casos en que la opinión era positiva. La cultura de la ONU, organización en la que todos trabajan con contratos renovables, les condiciona. Algunos ocupan en la actualidad altos cargos en Naciones Unidas; otros los han ocupado hasta hace poco, y otros trabajan o han trabajado para la ONU en puestos operativos importantes en todo el mundo. Todos dedican su tiempo a ser observadores profesionales de la organización. Algunos piensan que la historia absolverá a Ban; que es un hombre extraordinariamente trabajador, seguro y capaz, de gran integridad. Pero la opinión dominante, expresada incluso por miembros desmoralizados del equipo político de la ONU, podría resumirse en la siguiente frase, que, con escasas variaciones, han pronunciado una y otra vez muchos de los entrevistados: “Es más secretario que general, y no tiene la visión, el intelecto, la atención ni el liderazgo necesarios para reactivar Naciones Unidas”.»