No por muy sabido es menos alarmante: en general los periodistas se pasan las normas del libro de estilo de su medio por el forro. Javier Ortiz habla de una de las más habituales, la alusión a circunstancias personales irrelevantes a la hora de hablar de alguien acusado de un delito. Las circunstancias particulares.
«Lo peor de los Libros de Estilo no es que casi ningún periodista los consulte nunca sino que sean un instrumento constrictivo destinado en exclusiva a los redactores de base; no a los jefes, que están autorizados a hacer lo que les viene en gana, porque para eso son jefes. Lo ratifiqué hace pocos días leyendo en un periódico una noticia de primera página en la que se contaba que el Gobierno de Rabat ha retirado a su embajador en Italia para protestar por la condena que le ha sido impuesta a un senador marroquí, conocido se decía porque es “uno de los que más reivindican Ceuta y Melilla para su país”. Ya. ¿Y cuál es la relación entre lo uno y lo otro? ¿A qué viene citar esa posición política suya, en concreto? ¿Por qué no escribieron que es conocido también por su entusiasmo por la Monarquía española?»