Ser viuda en la India significa sufrir la muerte social. Cuando fallece el esposo, especialmente cuando les sucede tempranamente, quedan a merced de sus parientes quienes, en muchos casos, tienen su principal interés en librarse de tener que cargar con el sustento de la viuda. 13.000 de ellas mendigan cada día en la ciudad sagrada de Vrindaban. Lo recoge Ana Gabriela Rojas en El ‘vertedero’ de las viudas
«Pero también mujeres educadas vienen a parar aquí. “Mi hijo es terrible. No trabajaba; sólo me pedía dinero y se lo gastaba en alcohol y cigarros. Su esposa se fue llevándose a su hijo, y yo me cansé de mantenerle”, dice Prim Kishori, una ex empleada de banca de 61 años. Como en su caso, los hijos muchas veces se quedan con todo al morir el padre. Aunque la ley reconoce el derecho de las viudas a heredar, en la práctica muy pocas veces ocurre.
El número de jóvenes sorprende. Se debe a la costumbre de casar niñas con hombres mayores. Por ejemplo, Pratima Sharma fue obligada a hacerlo a los 17 años con un hombre rico treinta años mayor. Quedó viuda a los 24 años y con un hijo de 6. Un segundo matrimonio es casi imposible.»