Harold Alvarado Tenorio, poeta colombiano, se marca un dicterio contra los premios literarios, la fama y el dinero, en particular contra los producidos en España, nidos de intrigas, favores, maniobras más o menos oscuras o purititas lanzaderas comerciales: Premios, gloria y fortuna.
«Que yo sepa, desde el mismo Rubén Darío, una legión de escribanos y lameculos pretendidamente poetas han sido recibidos, en los puertos de mar y de aire, por los embajadores de sus respectivos países en aquellos otros donde van para promocionar sus tomos y venderlos a las bibliotecas públicas de cada república o dictadura. Hace poco, para dar un ejemplo, vi cómo un embajador ultra reaccionario, en una isla del Caribe, recibía con toda clase de zalemas y prebendas a un pretendido intelectual progre, protegido por un ex presidente homicida, y publicista de toda clase de cartillas promovidas por una señora que nunca aprendió ballet y se dedicó a una emisora de radio pagada con dineros de los contribuyentes.»