Martín Cagliani referencia un estudio del MIT que parece abrir la puerta a un revolucionario sistema para almacenar energía solar. Como suele suceder en estos estudios, la frontera para la comercialización se fija un poco lejos: dentro de 10 años.
«Una de las principales contras de la energía solar, es que cuando el sol no brilla, no hay electricidad, y cuando brilla de más, no se puede almacenar el exceso, para que sea luego utilizado en momentos de escasez. O, en realidad, sí se puede, pero es tan caro e ineficiente, que es prohibitivo. Pero ahora, un nuevo descubrimiento de investigadores estadounidenses podrían dar vuelta el mercado de energías renovables.»