Mujeres desnudas con cámaras digitales, de Luis Landeira, analiza el fenómeno del proyecto web I Shot Myself, una página donde distintos perfiles de mujeres se autorretratan desnudas. Lo interesante es esa frontera entre el erotismo, la pornografía, el arte y el exhibicionismo.
«De este modo, en primer lugar, se echa por tierra el tópico puritano que acusa a la pornografía de “explotación”. En todo caso, lo de I Shot Myself (ISM) sería, como bien se dice en el “libro de estilo” de la web, “autoexplotación”: La artista exhibe su sexualidad y su anatomía tal y como ella la ve, es decir, que ella controlan su propia imagen y, además, recibe un dinero por su trabajo, que es pagado por los visitantes que quieran ver los portafolios enteros, ya que la web no admite banners ni ningún otro tipo de publicidad de sitios pornográficos o no pornográficos”, explica.
Y, en segundo lugar, se rompen todas las fronteras entre arte y pornografía, pues ISM es, de alguna manera, ambas cosas: “¿Que si ISM es arte? Bueno, tiene más visitas que el Guggenheim y más retratos originales que el Louvre. ¿Que si es crudo? Depende de lo que hagas con esto. ¿Si tiene relevancia cultural? Esto no tenemos que decidirlo nosotros”.»