Siempre habrá un diálogo entre una literatura acomodaticia y otra sin concesiones; la segunda está destinada a perdurar y es, muchas veces, la causa del resurgimiento u olvido de autores que antes fueron encumbrados o ignorados. Esta es la tesis de Guadinas literarios, un artículo de Rafael Argullol.
«Los rebrotes literarios, además de hacer justicia a escritores ocultados por la moda o la crítica sectaria, se adecuan a demandas epocales a menudo difíciles de apreciar. De hecho, lo que muchos editores ofrecen como modelos de “rabiosa actualidad” son, con frecuencia, menos aptos para el análisis de la sensibilidad contemporánea que bastantes textos desechados por inactuales.
Cada época necesita de palabras que la empujen a mirarse despiadadamente en el espejo. No importa que estas palabras sean del pasado o del presente. Cada época genera una literatura acomodaticia destinada a proponerle lo que quiere escuchar y otra, intempestiva, que le habla sin servidumbres ni contemplaciones. Por más que se niegue ocurre también en cada época, sólo esta última está en condiciones de perdurar más allá de la oferta y de la demanda de su tiempo.»