El País publica un amplio artículo en el que explicas las nuevas claves sobre el enigma de Kafka. Al parecer van a recuperarse en breve gran cantidad de documentos que Ilse Esther Hoffe, secretaria de su gran amigo Max Brod, había guardado celosamente hasta su muerte el año pasado, a los 101 años.
«La existencia de ese valioso conjunto documental se conoce desde hace décadas pero su acceso ha estado vedado por la legataria, Ilse Esther Hoffe, secretaria de Max Brod, amigo y albacea de Kafka, que se ha opuesto con uñas y dientes a ceder su preciado tesoro. Eso sí, solía dejar entrever que entre las pertenencias había documentos muy valiosos. Ahora, la muerte de Hoffe, el año pasado, a los 101 años, ha abierto una nueva esperanza para los estudiosos del novelista, que esperan que las herederas de Hoffe, sus hijas Ruth y Hava, sean más receptivas que su madre. Hava, la más joven, de 74, es la que vive en el piso, pero ha sido imposible contactar con ella, según señala el diario Haaretz.»