A través de David Bravo llego a esta conferencia de Javier de la Cueva donde se intenta empezar a dibujar un marco adecuado que delimite la relación entre el estamento jurídico y las nuevas tecnologías. Interesantísima. Derecho y tecnología: la apertura de las APIs.
«Los informáticos nos mencionan que la Justicia no es matemática, por lo que es imprevisible, a lo que nosotros decimos que afortunadamente así debe ser, porque esa existencia de casuística es la que permite buscar la Justicia en cada caso concreto. Por otra parte, cuando desde el mundo de la Justicia o de los juristas nos acercamos a la informática, nos encontramos un mundo tan alejado de nuestro entendimiento o campo de actuación que simplemente el mero conocimiento de lo que es el objeto de estudio de la Ciencia de la Computación, es impactante. Cuando nos encontramos con una terminal en negro, una consola con un bash en un sistema operativo GNU/Linux, los juristas no sabemos qué hacer.
La arquitectura de los derechos fundamentales no puede estar en manos de personas cuyo conocimiento de lo que son los derechos fundamentales no es el adecuado. No quiero decir que el conocimiento de los científicos de la computación sobre los derechos fundamentales no sea bueno, quiero decir que son expertos en otras cosas.»