César Mallorquí hace el obituario de Thomas M. Disch, uno de los escritores más radicales de la ciencia-ficción y autor maldito donde los haya que se suicidó en su casa la primera semana de julio.
«Disch era un autor minoritario dentro de un género minoritario. Surgió de la New Wave, el movimiento que renovó la ciencia ficción en los sesenta, y la New Wave se extinguió. El mundillo de la cf, ese fandom mayoritariamente infantiloide, le ninguneó. Sus textos mainstream — Clara Reeve (1975) y Neighboring Lives (1981) — no fueron reconocidos por la crítica ni los lectores. El intento de abordar la literatura comercial con Doctor en Medicina (1991) tampoco le condujo a ninguna parte. De hecho, quizá su mayor éxito sea un cuento infantil, The Brave Little Toaster (1986). Con todo, pese a lo mucho que le costaba encontrar editores dispuestos a publicarle, Disch escribió novela, relatos cortos, poesía, ensayo y libretos para ópera. Nada de eso le permitía subsistir decentemente, así que su producción se fue espaciando y, finalmente, dejó de escribir (su última novela, The Sub, apareció en 1999). Al parecer, ahora se dedicaba a la pintura.»