Daniel Basteiro me pone sobre la pista de un pequeño texto de opinión de Mariola Cubells donde se queja amargamente de como las televisiones ignoran y desprecian sin pudor al millón de personas que ven determinado programa y serie pero que lamentablemente no son suficientes para alcanzar la cuota que el programador cree que deberían tener. Somos un millón y por eso nadie nos quiere.
«Así que desde aquí les invito a ustedes a pedirles a los que programan, a los que dirigen, a los dueños de productos que deciden anunciarse en esos espacios, que por favor se conformen con nosotros. Que somos importantes también. Que a lo mejor hacemos correr la voz, o compramos, o nos enganchamos a otros productos de la cadena. Yo, por mi parte, estoy dispuesta a no hacer zapping durante la publicidad de mis series favoritas, si con eso me garantizan la continuidad.»