Tratamos de ser personas políticamente correctas empleando expresiones como retenciones en la circulación, solución habitacional o mileurista para maquillar sus significados más bruscos. Así Alberto P. Cancer en Hablando claro reflexiona sobre la generación de perífrasis, ambigüedades y eufemismos.
«Y la cuestión es que, así como los términos económicos pueden engañar a quien se deje –si lo que prefiere es que le endulcen los oídos–, los jurídicos son por sí mismos los que determinan si una situación existe o no; si se generan derechos o se establecen obligaciones; si se aplica –o no– una norma. Porque es el termino jurídico lo que tiene consecuencias jurídicas. De hecho, muchas leyes comienzan su articulado con una definición de los términos que se van a emplear en su contenido, de tal forma que las situaciones que regulan no van a ser necesariamente las que los ciudadanos emplean en su lenguaje común, sino las que se conciben desde el metalenguaje jurídico.»