Laura Restrepo, en Comeos los unos a los otros da un repaso a las obras de escritores y artistas que abordan el tema del canibalismo, resaltando lo aburrido, en general, de los resultados.
«La ejecución propiamente dicha del acto caníbal resulta inmunda, o sea, sucia y obscena, pero sobre todo privada de mundo, según la acepción original del término. Y presenta un problema adicional, casi insoluble, cuando se la lleva al arte: es sumamente aburrida. Obedece a un esquema repetitivo de apetito ambiguo, amor perverso o sed de venganza que van in crescendo por tortuosos caminos hasta que sucede lo que desde el principio sabíamos que iba a suceder: alguien se come a otro alguien, y ya. Decepcionante anticlímax, aunque se trate de El perfume, de Suskind, historia en clave de ese otro anticristo, Jean Baptiste Grenouille, mitad monstruo, mitad redentor a quien despresa y devora una fervorosa multitud hambrienta de amor, en un final abigarrado y poco afortunado para una novela que había empezado tan bien.»