Félix de Azúa habla, a partir de una historia personal en la que cuenta cómo tiró del pelo a Mick Jagger sin saber quién era, de la extraña sensación que se tiene al comprender que, en algún momento, se estuvo delante de un icono sin saberlo. Aunque la frase final es más que discutible. Un poco antes de ser alguien.
«Es una sensación extraña, ésta de haberse cruzado con un dios sin percatarse en absoluto. En un artículo de Julio Camba fechado en abril de 1912, cuenta que acudió a un taller parisino en la rue Lafayette, donde “el Sr.Dalmau” estaba juntando pinturas para una exposición en Barcelona. Comenta unas obras de Juan Gris y menciona a un tal Duchamps del que dice que es futurista. Me preguntaba yo qué futurista catalán podía vivir en París en 1912 y llamarse Duchamps hasta que en la página siguiente dice: “Duchamps va a exponer en Barcelona un “Desnudo bajando una escalera”. No se ve el desnudo, ni la escalera, ni nada.”»