El economista Jeffrey D. Sachs en su artículo Un ‘New Deal’ para los agricultores pobres insta a los países ricos a colaborar con las iniciativas del Banco Mundial subvencionando sus programas destinados a que los a los pequeños agricultores de los países menos favorecidos puedan acceder a insumos mejores,
«Pero muchos países pobres podrían cultivar más alimentos, porque sus agricultores están produciendo muy por debajo de lo tecnológicamente posible. En algunos casos, con una acción estatal adecuada, podrían duplicar o incluso triplicar la producción de alimentos en pocos años.
La idea es básica y muy conocida. La agricultura tradicional usa pocos insumos y obtiene bajos rendimientos. Los campesinos pobres emplean sus propias semillas de la temporada anterior, carecen de abonos, dependen de la lluvia y no del regadío, y tienen escasa o ninguna mecanización aparte del típico azadón. Sus explotaciones son pequeñas, puede que de una hectárea o menos.»