“La confianza es la base de la autoridad en todo sistema político y, por ende, no puede ser sustituida. Confianza en que los dirigentes digan la verdad y sientan lo que dicen; confianza en que las elecciones sean transparentes y expresen la voluntad de quienes acudieron a las urnas y confianza de que quien asuma el reto de gobernar no se comprometa con intereses minúsculos.” En otras palabras, un giro de 180 grados que implica cambios profundos en la ley y en su aplicación, igual que frenar tanto la pequeña como la gran corrupción.
Enrique Antonini escribe para la crisis argentina en
Recobremos la confianza.