El palimpsesto de Marcel Schwob es un completo paseo de Arturo Gómez-Lamadrid por la obra del escritor francés, su concepción de la literatura y lucha contra la esterilidad creativa.
«Curioso, sensible, agudo, pesimista, inseguro y amante de lo extraordinario, con una visión que privilegia la excepción, el individuo, la naturaleza impermutable de cada vida, su obra contiene varias características definitivamente modernas: pone en entredicho la autoridad de la historia oficial expresando la voz de los marginados; técnicamente, tomando como parangón al Stevenson de La isla del tesoro, multiplica los puntos de vista de los que cuentan la historia: al lado del narrador omnisciente está la nostalgia de los soldados bretones durante la guerra franco-prusiana, la tristeza y el terror del hombre que perdió a su hermano, embrujado y muerto por las embalsamadoras del desierto de Libia, los diálogos de los miembros de la banda de Cartouche, el célebre ladrón francés de principios del XVIII —todo esto dicho por ellos mismos, cada uno con su lenguaje, su manera de narrar y de hablar— y, sin duda su obra maestra, la perfecta polifonía de La croisade des enfants. Por otro lado, su pensamiento se separa del concepto, de la idea y del platonismo, elementos esenciales de la generación simbolista, no más idea perfecta y preexistente —gracias a Schwob, dice Sartre, “el platonismo será remplazado por la mística de lo individual puro, inefable, irremplazable”; y, en fin, en esta rápida enumeración de la modernidad de su escritura, cabe mencionar también la apertura de su obra a la aventura de los signos, a su misterio y su carácter inaprensible: “Como las máscaras son el signo de que hay rostros, las palabras son el signo de que hay cosas y estas cosas son el signo de lo incomprensible.” »
2008-06-21 12:50
Es uno de los mejores textos que he leído últimamente de crítica literaria. Gracias por traérnoslo.
Un beso.