Álvaro Pons resalta un fenómeno curioso: el cómic, tradicionalmente tachado de infantil, carece de productos dedicados a los más pequeños. El artículo está escrito, precisamente, para celebrar la aparición de una colección para primeros lectores. Tebeos para niños.
«Pero la realidad es que el mundo del tebeo ha despreciado a los niños, que es muy diferente. En una actitud suicida, olvida que es necesario apostar por el lector joven si realmente quiere que exista un futuro lector. Lo lógico, que sería una gradación de oferta para diferentes edades, es hoy casi una excepción. Y no es porque los niños no quieran leer tebeos: el éxito del manga (“los niños no quieren leer tebeos en blanco y negro”, me dijo una vez un editor) y de revistas como Witch (“las niñas nunca leerán tebeos”, me dijo otro) demuestran que el problema no es de falta de interés de la infancia, sino de inexistencia de una oferta adecuada para esos lectores. El género de superhéroes ha olvidado que nació como tebeo de consumo juvenil e infantil; el tebeo europeo parece no recordar que sus fetiches Spirou, Tintin o Los Pitufos son tebeos para niños… No es cuestión de hacer tebeos sólo para niños, sino establecer una oferta continuada que crezca con el lector, que exista un tebeo adecuado para cada edad.»