En mitad de la inundación de macro festivales de música de este verano (que, además, parece que están funcionando peor de lo previsto), Blas Fernández hace un recopilatorio de otras propuestas menos mastodónticas pero igualmente interesantes que tendrán lugar estos meses en Andalucía. Modestos pero con encanto.
«Aunque sus disputas los toquen de manera tangencial poniéndoles la contratación cuesta arriba, por lo general permanecen ajenos a la batalla que durante los últimos tiempos enfrenta a los grandes festivales musicales españoles inflando los cachés de las bandas hasta límites imposibles, y que, a buen seguro, este año dejará algún que otro cadáver en el camino. Son los otros, los festivales modestos, los que surgen de la afición por la música pop y en ocasiones sólo duran lo que aguanta la pasión de sus impulsores originales. Unos perfilan hechuras más profesionales que otros, pero todos proponen, en la medida de sus posibilidades, programas con interés y alicientes extraordinarios, ya sean turísticos o incluso gastronómicos. Olviden las macroconcentraciones de público y los carteles interminables. Existe otro tipo de festival, modesto pero con encanto.»