Jean-Michel Severino resalta que hay que dejar de mirar compasivamente hacia un África que está creciendo de un modo imparable, y señala los cambios que acarreará para el mundo: Preparémonos para la metamorfosis de África.
«Cabe esperar tres órdenes de consecuencias. Primero, migratorias. La movilidad de las poblaciones se ampliará en la medida del reequilibrio entre zonas superpobladas y espacios de densidad más débil, pero también debido a las transformaciones rápidas y heterogéneas del espacio económico africano. Si bien la mayoría de esas migraciones ocurrirá en el continente, su amplitud implicará un crecimiento de los flujos hacia el Magreb y Europa.
En seguida, geopolíticas. La duplicación de la población africana en menos de 40 años y las transferencias que resultarán podrían generar fuertes tensiones políticas. África podría no estar, quizá, al final de sus conflictos. Por último, económicas, que permiten abrigar esperanzas. A medida que la población se reagrupa, crece en productividad. Las infraestructuras son más eficaces en zonas pobladas y el comercio se desarrolla. »