Vicente Verdú escribe este breve texto sobre Los diarios, una pequeña reflexión sobre la necesidad de escribir para ser leídos, aunque lo que se escriba sea un diario íntimo.
«El diario parece hecho para sí, para ser escrito y no leído por nadie y, sin embargo, es verdad que no hay modo de ponerse a escribir, se trate de diarios, de poemas o libros de texto, sin una mirada exterior a la que tácitamente hablamos, implícitamente nos corrige y secretamente nos acompaña o jalea. Escribir para sí no sólo es imposible sino criminal o suicida. No permanecerá mucho tiempo vivo quien se administre esta pócima solitaria en un imposible estado puro. La muerte por suicidio encierra el final absoluto de toda partícula de comunicación.»