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Tirando del hilo de la bola de la ortografía

Interesante artículo de Ana Lorenzo. El tema principal es la ortografía y su enseñanza, aunque las reflexiones de la autora se hunden en el proceloso mar del método de enseñanza y la falta exigencia y regulación desde los niveles más básicos. Tirando del hilo de la bola de la ortografía.

«El otro día tuve una reunión con la profesora de una de mis hijas, la menor, que está en 5.º de Primaria. Me comentaba que se habían reunido los profesores de 5.º y 6.º con los profesores de instituto y estos les habían dicho, grosso modo, que lo que les interesaba realmente que les enseñaran a los chicos era: 1. que leyesen un texto de cualquier tipo y lo entendiesen (incluidas las preguntas de los exámenes), 2. que supiesen expresarse por escrito con frases completas, 3. que supiesen distinguir qué conceptos eran importantes y cuáles secundarios y que supiesen estructurarlo, y 4. que no cometiesen faltas de ortografía. Parece ser que en 5.º de Primaria (si ustedes no lo saben se corresponde con lo que era 5.º de EGB), los chicos aún no dominan estas cosas; pero el problema es que los profesores de instituto ven que tampoco lo dominan en 1.º o 2.º de la ESO, que es lo que antes era 7.º y 8.º de EGB, y por eso reclaman a los profesores de Primaria que se lo enseñen bien a los niños.»

Marcos Taracido | 31/05/2008 | Artículos | Educación

Comentarios

  1. María José
    2008-06-01 01:00

    Ana es muy interesante tu reflexión. Yo creo que si de verdad fuera sólo un problema de ortografía sería menor, pero no es sólo eso. Es verdad que hay un porcentaje pequeño de alumnos que tienen alguna falta y se expresan bien, pero la realidad es que la mayoría no se expresa bien. Melero dice que si está bien pero con faltas, vale. Pero hemos llegado a un punto en el que ya te conformas con que creas que el alumno lo sabe aunque no lo exprese bien. Por supuesto, no es culpa de ellos, se les está economizando la forma de resolver los problemas. Y como tú dices, al final no sirve de nada, les estamos timando. En mi facultad casi todos los exámenes son tipo test, con lo que no tienen que expresarse nunca.

    El otro día me decía un alumna, “es que nos haces pensar demasiado” (y es de las buenas, está interesada y se esfuerza) y te aseguro que estaba cansada de intentar contestar a lo que les preguntaba (nada del otro mundo). Siempre les digo lo mismo: “cuando mañana tengas a un paciente delante vas a tener que pensar y mucho, así que si alguien no es capaz de hacerlo yo preferiría que no terminara la carrera”. Pero la verdad es que con poco que se esfuercen la terminan y cuando se enfrentan al trabajo eso es otro mundo, entonces son conscientes de todo lo que no les hemos dado, y así nos va.

  2. Marcos
    2008-06-01 04:30

    Yo creo que los problemas de ortografía suelen ir acompañados de otros más graves, referidos a la coherencia y la cohesión de los textos, a la falta de competencia comunicativa. Si sólo fuese ortografía, no sería mayor problema: yo mismo he sido un recalcitrante cometedor de faltas de ortografía, y como bien sabe Ana sigo metiendo la pata de vez en cuando: pero creo que me defiendo suficientemente con el idioma en lo que a capacidad para comunicarme se refiere. No, el problema es que la mala ortografía suele ser el indicador más evidente de problemas más graves y profundos. Y aunque tendemos siempre a echarle la culpa a los que nos preceden, yo coincido con Ana en que el problema empieza en Primaria, y no tanto por culpa del profesorado como de la tendencia educativa en la que se inscribe: lo lúdico está muy bien, la transversalidad también, pero creo que su espacio está fuera de la escuela o, para decirlo menos bruscamente: creo que no debería de tener tanta importancia como tiene.

    Saludos

  3. Ana Lorenzo
    2008-06-01 12:41

    Gracias a los dos por los comentarios (y gracias, Marcos, por la recomendación). Sí, lo que yo intentaba decir es lo que vosotros habéis expresado y, por lo que veo, confirmado desde vuestras experiencias docentes: que el problema de la ortografía es un síntoma de otro mayor.
    María José: dices que en tu facultad (psicología, imagino) los exámenes son siempre tipo test. Yo confieso que no vi un examen tipo test hasta que no me presenté a unas oposiciones; el número de gente que se presenta justifica el que se corrijan por ordenador y esto, claro, solo es posible, por ahora, sin desarrollar temas, con lo que el primer examen suele ser así para cribar, igual que se hace en el teórico del examen de conducir (otro asunto es que realmente se demuestre ahí si se sabe del tema o si, aparte de saber, se conocen los trucos para no caer en las trampas de las preguntas-trampa tipo “¿Qué no…?” en vez de “¿Qué...?”, etc.). Debería alarmarnos el hecho de que se recurra a estas formas de evaluar en las que el estudiante no tiene que expresarse ni estructurar sus ideas, ni se le deja la posibilidad de argumentar su razonamiento en otros ámbitos diferentes, sobre todo en los de la universidad, el instituto y el colegio.
    Pero debería aún inquietarnos más el porqué desde Primaria los chicos tienen esa dificultad de expresión y de capacidad de relación y de síntesis que arrastran hasta los cursos superiores; como dice Marcos, no depende tanto de los profesores como del sistema educativo en el que estos tienen que desenvolverse.
    Un beso.
    P. S.: Ah, y las meteduras de pata de Marcos son las de escribir en pantalla, nos ocurre a todos y no pasan de erratas; que eres más exagerao ;-)


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