“Nadie lamenta que el régimen talibán haya sido expulsado del poder, pero cuando hablo estos días con mis conciudadanos apenas veo otra cosa que decepción por lo que el Gobierno se trae entre manos.” Leyendo este artículo de
Paul Auster, aparecido primero en The New York Times, y ahora en El Mundo, me da la impresión de que los norteamericanos se sienten impotentes ante su propio gobierno. (Bueno, hasta nuestro gobierno se siente impotente ante Bush; y creo que les gusta). Auster siempre ha sido un melancólico, incluso la ironía final de
11-S: La ciudad y el país es melancólica.