Resulta difícil comprender cómo la misma población que sufrió la represión xenófoba más tremenda la reproduce ahora con otros; me refiero, claro, a lo que está sucediendo en Sudáfrica, donde los inmigrantes son reprimidos, repudidiados o asesinados por la población negra del país. John Carlin trata de explicarlo como un racismo por supervivencia económica: Negrofobia en Suráfrica.
«Imaginemos que la ola de inmigración que se ha visto en España en los últimos 15 años hubiera coincidido con un desempleo del 40% entre los nativos. En ese caso, el debate sobre la inmigración se hubiera formulado aquí de manera menos sosegada. En Suráfrica, el 40% es la cifra real de desempleo, casi toda correspondiente a la población negra. El número de inmigrantes africanos que viven actualmente en Suráfrica supera los cinco millones. Van a Suráfrica por el mismo motivo que vienen a Europa, o que los mexicanos, salvadoreños y nicaragüenses emigran a Estados Unidos. Suráfrica es, en términos relativos, la superpotencia africana, un país cuyas estadísticas macroeconómicas le sitúan entre las economías emergentes admiradas por el Banco Mundial.»