Iñaqui, en Tuya por Dos Ases de Bronce ,recrea el funcionamiento de la prostitución en la Roma clásica: su arquitectura, funcionamiento, precios y costumbres, con numerosas imágenes de frescos de la época y fotografías de excavaciones arqueológicas.
«Las chicas recibían el nombre de prostibula ya que para atraer a los clientes, se ponían delante de las stabulas (casas). Es fácil imaginar la procedencia de la palabra prostituta
Los precios variaban bastante y según se recoge en tablillas de Pompeya podían ir desde un as hasta un denario. (Es difícil dar una equivalencia, pero para hacerse una ídea, sería un rango de 1 a 100 Euros). Abrían a partir de la hora nona, es decir por la tarde, ya que no les estaba permitido abrir por las mañanas…
“...con el fin de que no abandone la juventud las obligaciones matinales”
Pero la prostitución no sólo se practicaba en los lupanares. Por ejemplo, era habitual encontrarlas bajo las fornices(arcadas) de los grandes edificios como los teatros o circos.»