A partir del famoso caso de Telma Ortiz, Félix Soria apunta a algo más profundo al hecho en sí que ha dado lugar a la vista judicial: la necesidad inmediata de una importante labor de regulación en las práctica éticas de los medios de comunicación. Las hojas del rábano: el caso Telma Ortiz.
«Confiemos en que la demandada regulación no se centre en absurdos como el caso Telma Ortiz y que cuando se acometa su redacción se aborden, en paralelo y sin excusas, aspectos que son tanto o más esenciales, pues informar no sólo aconseja aplicar normas deontológicas sancionadas por ley, sino que exige que la Administración impida que haya periodistas que trabajen en condiciones indignas y cobrando el salario minimo interprofesional… ¡Los hay y no son pocos!
Si fuera así, si el oficio de informar fuera legalmente regulado y dignificado, serían muy pocos los periodistas que obedecerían la orden de perseguir a Telma Ortiz, o la de mentir en torno a la inflación, o la de recurrir a la falacia y a la mentira para idiotizar a la afición de tal o cual equipo a fin de incrementar audiencia y con ella la publicidad de la emisora… »