Thomas L. Friedmann habla de que de las dos recesiones en marcha, la económica y la democrática, la primera será pasajera, pero la segunda, si no se frena, durará mucho tiempo y cambiará el mundo. Y esa recesión democrática se gesta alrededor del petróleo. La recesión democrática.
«El término “recesión democrática” fue acuñado por Larry Diamond, politólogo de la Universidad de Stanford, en su nuevo libro, El espíritu de la democracia. Además, los números cuentan la historia. Hacia finales del año pasado, Freedom House, que lleva un registro de las tendencias democráticas y electorales por todo el mundo, notó que 2007 fue, por mucho, el peor año para la libertad en el mundo desde el final de la Guerra Fría. Casi 38 Estados —lo cual representa casi cuatro veces más— declinaron en sus calificaciones democráticas, en comparación con 10 que las mejoraron.
¿Qué explica esto? Una gran parte de este revés está siendo impulsada por el ascenso del petro-autoritarismo. Desde hace ya largo tiempo he argumentado que el precio del petróleo y el paso de la libertad operan en una correlación inversa, la cual defino como “La Primera Ley de la Petro-Política”. A medida que el precio del hidrocarburo sube, el paso de la libertad baja. Conforme el precio del crudo desciende, el paso de la libertad se incrementa.»