Sergio Ramírez recuerda que por estas fechas, hace quinientos años, Cristobal Colón llegó a las costas del Caribe en lo que fue su último y decadente viaje: “A pesar de sus descalabros y sus hondas amarguras, Colón conservaba sus dotes imaginativas y también su sentido del humor. En Caratasca se encontró con un pueblo de indios que tenían las orejas tan grandes que se podía acomodar un huevo de gallina en sus lóbulos distendidos y, por esa razón, bautizó al lugar como Costa Oreja. Imaginativo, que en los mejores términos literarios quiere decir mentiroso.”
Aniversario de un encuentro: último viaje.