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El funcionario está desnudo

Josu Mezo hace una crítica desarrollada, meditada y frontal al sistema de oposiciones al cuerpo de funcionarios de España, metiendo el dedo en una llaga que muchos no queremos ver por una cuestión de egoísmo puro y duro. El funcionario está desnudo.

«Los exámenes no son en casi ningún caso un buen modo de selección de personal, ya que no miden muchas cosas que pueden ser tan o más importantes que los conocimientos. Pensemos en los talentos (muchos y variados) que requiere un buen profesor de secundaria (¡¡nuestros héroes!!). ¿Alguien de verdad cree que se pueden ver en un examen en el que el profesor expone un tema de la asignatura o cuenta no sé cuáles teorías pedagógicas o de método educativo? ¿No les parece sospechoso que las pérfidas empresas capitalistas, siempre agazapadas para explotarnos y exprimirnos, y siempre interesadas, claro, en conseguir a los mejores trabajadores, no hagan exámenes para seleccionar a su personal? Tal vez sea porque los exámenes pueden garantizar la igualdad y la publicidad (que no interesan demasiado a las empresas privadas), pero sólo tenuemente el mérito y la capacidad.»

Alberto Haj-Saleh | 09/05/2008 | Artículos | Crítica social

Comentarios

  1. k
    2008-05-09 12:21

    Dudo que haya un sistema justo de selección. Pero estoy de acuerdo con el autor en que es inconcebible que el hecho de llevar uno, dos o diez años en un sitio te dé más derechos que a los demás para conseguir una plaza.

    En el caso de las oposiciones a Secundaria tal como están ahora, la cosa es mucho más sangrante. Existen una serie de variaciones sobre el procedimiento ‘normal’, con fecha de caducidad, encaminadas prácticamente de forma exclusiva a convertir en funcionarios a los interinos (yo no debería quejarme sobre este particular, pero clama al cielo): exámenes no eliminatorios, posibilidad de escoger entre más temas, el ‘informe’ de la unidad didáctica que posibilita a los interinos hacer un diez por ciento del trabajo que hacen los demás y saltarse a la torera una parte del examen…

    Eso por no mencionar las dificultades que ponen las Comunidades Autónomas con los temas de los idiomas cooficiales (y las que no los tienen usan otros procedimientos zancadilleros, supongo que con motivo, para perjudicar a los ‘de fuera’) que hacen que eso de la ‘igualdad’ sea, una vez más, una utopía.

    Y se podría seguir y seguir…

  2. joseluis
    2008-05-09 15:22

    Ya salió el temita de los idiomas cooficiales. Venga o no venga a cuento, Será que la gente o no se acostumbra o viaja poco, y mira que Suiza está cerca, y Bélgica, y si no, pues Canadá entre otros tantos. Bah. Y al grano, lo que resulta inconcebible no es que en el país de la chapuza (Spain) se seleccione chapuceramente al personal, ni que éste (rama burócratas, con frecuencia) sea chapucero. No. Creo que lo peor es esa concesión, y mentalidad, de plaza en propiedad. Ahí, ahí.

    O sea, el tocarse los etcéteras el 90 % de los funcionarios (en especial los burócratas, bis), por eso mismo, por tener la plaza en propiedad. O sea que, p.ej., si el puesto de un funcionario va quedando vacío de contenido con el paso del tiempo (vg., en algún departamento de Industria), costará Dios y ayuda de toda la corte celestial para mover a tal propietario de su silla hacia otro departamento donde sí haya trabajo que hacer. Estaremos pagando un tocanarices o tocaetcéteras inútil, en el intervalo. Y de tales hay gran lote, sepan.

    Ah, y para no extenderme, nada diré de productividad, corruptelas, chanchulleos, lloros hipócritas y sinvergoncerías. Pero contaré una deliciosa anécdota. Que hace tres semanitas tuve que pasar por una oficinas de Hacienda (y no crean, del mejor de los humores porque era para cobrar, no para pagar). Pues bien, un funcionario parásito de ésos, se pasó 45 minutitos seguidos haciendo compras y ventas de acciones bursátiles. Es que había un espejo al lado del sinverguenza, lo que desvelaba su robo (de tiempo). Por cierto, que no estaba preparado mi cobro, ya se sabe con los funcionarios, tuve que volver dos veces en la misma mañana hasta conseguir el éxito final, y siempre, el sinverguenza especulador en horas de trabajo seguía con lo suyo.

    Oiga, qué quieren que les diga. Que ya no me vale saber que unos cuantos sí trabajan. Que en otros sitios, peor. Que si interinos (que lo que quieren es pasar a vitalicios). Que si cogen excedencia tras conseguir plaza en propiedad. Que … Digo que quiten ladrones ocupando plazas, y que los quiten ya, dejándose de palabrerías que oimos desde el Siglo de Oro. Eso.

  3. Marina
    2008-05-09 16:48

    Disculpas, esto iba aquí pero lo publiqué en el artículo equivocado.

    Su interesante artículo presenta muchos puntos que comparto pero también otros que me hacen discrepar.

    Es cierto que los sistemas de selección son manifiestamente mejorables. La administración lleva años diciendo que estos deben adaptarse a las funciones a desempeñar sin que veamos avances en esta línea, Tampoco se ha aplicado de una forma real ni realista la evaluación del desempeño, recientemente introducida por el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP). Seguimos necesitando una reforma profunda que, me temo, tardará años en aplicarse.

    En el punto 1 critica los métodos de selección que utilizan las Administraciones públicas en oposición a los empleados por la empresa privada. Considero que la interinidad, que favorece a las personas que trabajan bajo esta condición ante un proceso regido por el sistema de acceso del concurso-oposición, es el método que presenta más similitudes en comparación a los privados.

    ¿No es lógico y eficiente primar a una persona que ha acreditado su experiencia en la “casa” y a la cual le ha costado su formación a esta última tiempo y dinero? Acaso no es una buena forma de aprovechar los recursos generados? Todos tendríamos claras nuestras respuestas al pensar en una empresa privada. Pues en la pública tratan de aplicar los mismos criterios en este aspecto. En la empresa privada se tirarían de los pelos si vieran como el capital humano generado se arroja sin ninguna justificación a la basura. Tampoco hay que olvidar que las personas que acceden a la fase de concurso han tenido que superar la fase de oposición, aunque bien pudieron hacerlo con menor puntuación que las personas que acceden sin ningún mérito.

    Para no extenderme mucho sólo comentaré además el punto 4: no es que la administración no se crea en sus métodos de selección sino que es necesario establecer un acto formal de aceptación. En infinitas ocasiones, al igual que sucede en el sector privado, las personas seleccionadas rechazan un puesto, dejando al departamento de recursos humanos perplejo.


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