Batman: año uno, escrito por Frank Miller y dibujado por David Mazzuchelli supuso un definitivo punto y aparte en la historia del superhéroe, que dejó atrás su alegría sesentera para convertirse en el ser atormentado y oscuro que conocemos ahora. Rodolfo Martínez señala un punto decisivo en este cómic: su consagración como obra cumbre del género negro en las historietas. Murciélagos en las calles.
«En realidad, su Batman es en cierto modo heredero (y no deja de ser curioso) de un trabajo anterior realizado para la editorial rival de DC, la Marvel Comics. Porque en muchos aspectos esta obra es hija de la saga de Daredevil (personaje con más de un punto en común con el Hombre Murciélago) conocida como Born Again, donde Miller, también ayudado por Mazzuchelli, redefinía la personalidad y las motivaciones del superhéroe ciego por el siempre eficaz método de destrozar los cimientos en los que se apoyaba su mundo personal. A lo largo de esta serie pudimos ver cómo el estilo de David Mazzuchelli iba evolucionando de un número para otro, desapareciendo de la imagen trazos innecesarios hasta desembocar en un dibujo casi minimalista pero tremendamente eficaz, tanto desde el punto de vista visual como narrativo.
En Batman Año Uno Mazzuchelli lleva al extremo su evolución, ayudado con eficacia por el colorista Richmond Lewis, quien, trabajando principalmente con grises y ocres, convierte a Gotham City en la suma de todos los ambientes urbanos que alguna vez han aparecido en el género negro. »