Andrés Pajares, un actor que ha sido capaz de reinventarse y reciclarse como muy pocos, está tocando fondo estos días, enredado en problemas judiciales, de salud y de prensa del corazón. Clara Sánchez observa la situación y aprovecha para reflexionar sobre el Éxito y fracaso.
«Los que nos encontramos envueltos en tareas que necesitan el reconocimiento de los demás pensamos de vez en cuando en estos asuntos, a veces más de la cuenta, pero ha sido el caso del actor Andrés Pajares el que ha puesto estos sobre el tapete el mal rollo del éxito y el fracaso. El buen actor que un día ganó un merecido Goya por la película ¡Ay, Carmela! (dirigida por Carlos Saura) hoy se hunde ante nuestra vista, y en parte lo achacamos a que no ha superado bien un reciente “fracaso” de taquilla, pero sobre todo es su propio desconcierto y pavor ante la indiferencia de los parroquianos el verdadero precio que está pagando.»