La SGAE ya hace tiempo que optó, ante el acoso de la red, por la deriva del delirio, envalentonada por el poder (antidemocrático y medieval) que le otorgan los políticos. Ahora da un paso más demandando a un medio de comunicación. Quizás la parábola de Manuel Almeida no sea redonda, pero dice mucho de lo que está pasando: Parábola del señor feo, Público y la SGAE.
«Envalentonado con los resultados, el señor feo decidió demandar a todo su edificio, por la osadía de colgar en la fachada una pancarta con el texto: “Aquí vive un tío muy feo”. Y volvió a triunfar. Ciego de éxito y de valor, comenzó a demandar a todo cuanto se movía y hablaba, pues no había ser vivo sobre la tierra con el don de la palabra que se resistiera a llamarlo feo. Los jueces comenzaron a preocuparse cuando llegaron los pleitos multitudinarios contra pueblos enteros, ciudades enteras, países enteros, o contra insignes escritores y medios de comunicación. La situación era insostenible, pues no sólo el tipo era feo con ganas, sino que daba la impresión de que la Justicia se había vuelto del revés, pues sólo una Justicia extremadamente peculiar podía dar por buena la criminalización de toda la ciudadanía en defensa de un solo ciudadano.»