En Que en Paz Descanse… O no Iñaki nos cuenta un puñado de casos de personajes más o menos célebres cuyos cadáveres tuvieron casi más ajetreo que cuando tenían vida.
«Oliver Cromwell, político y estadista inglés, tiene el merito de ser el culpable del único periodo de república que ha tenido la siempre muy monárquica Inglaterra. Murió en 1658 de causas naturales y fue enterrado con honores en la abadía de Westminster, pero cuando la monarquía recuperó el poder quisieron cobrárselas todas juntas. Desenterraron el cuerpo y fue arrastrado con un trineo por las calles de Londrés para luego ahorcarlo. Al anochecer lo descolgaron y fue decapitado (cuentan que necesitaron ocho hachazos).»