Entrevista a José Saramago donde reflexiona principalmente sobre la cercanía de la muerte, ahora que a sus ochenta y cinco años acaba de superar la fase crítica de una enfermedad grave. No he resucitado, he regresado.
« P. ¿Se siente rabia?
R. ¿Rabia por qué?
P. Por estar perdiendo la vida.
R. Pero la rabia es inútil si no se tiene un blanco. ¿Qué rabia sería? ¿Contra mí mismo? ¿Contra un poder superior que hubiera decidido que mi vida se acabara allí? Y aunque ese poder superior existiera, ¿cómo le llegarían los efectos de mi rabia? No, ninguna rabia. Morir, acabar, y sentir rabia, ¿para qué? ¿Quién se cree esa persona para sentir rabia? ¿Creía que tenía derecho a seguir viviendo? Yo creo que sí. Lo admito. Pero lo que me impresiona es la inutilidad de la rabia en circunstancias como ésas.»