Yo seré un nostálgico pero me acuerdo perfectamente de cuando decir quién entrenaba a un equipo de fútbol era sencillo, después de todo llevaba años en el club. Ahora, empujados por la prensa deportiva (prensa… en fin) y por directivas de escasa capacidad, los aficionados condenan de la peor forma al entrenador que hasta hace dos meses adoraban. Lo cuenta muy bien Dadan Narval. ¡Vete ya!.
«Lo dicho, no sé si es una cuestión cultural, pero sí tengo claro que nada tiene que ver con los éxitos logrados, con el curriculum acumulado, con las virtudes del técnico de turno. Rijkaard ha ganado en cuatro temporadas –a falta de finalizar la quinta- dos ligas y una Copa de Europa. Valverde consiguió que el Espanyol jugara su segunda final de la Copa de la UEFA de su historia. El “vasco” Aguirre ha armado un potente Atlético de Madrid que en estos momentos está luchando por conseguir el pase a la Champions, después de clasificar para esa competición nada menos que a Osasuna. Precisamente en los rojillos, Ziganda ve cómo se discute su capacidad de gestión del equipo, un año después de que él mismo consiguiera llevar al modestísimo equipo navarro, otrora marcado con la etiqueta de “ascensor”, a la semifinal de la Copa de la UEFA. Y ninguno de ellos vale ya, al parecer. No encuentran en la prensa y la grada alguien que les defienda.»
2008-04-22 20:23
Ese es el problema del futbol sin personalidad.
Es manejado por los caprichos de los aficionados y los periodistas deportivos. Asi es dificil, si no imposible, que frague. No existe concepto de formacion del equipo. No le dan tiempo a los tecnicos de estructurar un plantel, ni de desarrollar individualidades.
Por ello destacan y brillan internacionalmente individualidades en otras disciplinas, en carreras de autos, en golf, en boxeo; mientras los trabajadores con el sudor de los pies se pierden en la nada; son comparsas de jugadores extranjeros y dirigentes desechables.