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¿Le hace feliz la democracia?

¿Le hace feliz la democracia? Pues los últimos estudios sociológicos dicen que, de ser así, es porque usted ya lo era antes, y no al revés, un duro golpe (sic) a las teorías de quienes quieren expandir la democracia para llevar la felicidad a los pueblos. Un artículo de Eric Weiner.

«Sólo hay un problema en este tópico aparentemente convincente y obvio: no es cierto. “Asumir automáticamente que la democracia hace dichosa a la gente es asumir que es el perro el que pasea al amo”,dice Inglehart. En otras palabras, los exportadores de la democracia y aquellos bienintencionados constructores de naciones están atrasados. No es que las democracias traigan la felicidad, sino que las personas felices traen la democracia.

Este sorprendente descubrimiento no es una nueva teoría sacada de la nada, sino que se basa en datos concluyentes que los sociológos más destacados de la emergente ciencia de la felicidad utilizan ahora para medir algunos artefactos culturales como la felicidad o la confianza, al igual que los politólogos han medido los grados de democracia durante décadas comparando indicadores como la libertad de expresión y de prensa y el derecho al voto. »

Marcos Taracido | 18/04/2008 | Artículos | Democracia

Comentarios

  1. MARIA ELENA
    2008-04-18 17:32

    Muy interesante este punto de vista sobre la felicidad y la democracia, y muy cierta, luego de haber vivido todo la vida en democracia nos hemos dado cuenta que el éxito de las dictaduras está en sumir a la población en un estado de descontanto, desánimo e infelicidad para ganar terreno, definitivamente comprobado.
    Saludos

  2. Francisco
    2008-04-21 19:49

    La democracia es un titulo vacio que solo fue veraz con los griegos que la parieron y la enterraron.

    Actualmente es un buen maquillaje.

    Desde los romanos se nombraban dictadores de alguna provincia desbocada a hombres fuertes e inteligentes que restituian el orden, la felicidad y la prosperidad. Eran recompensados estos dictadores con honores, una buena pension y una villa para su decoroso y honroso retiro.

    Sin embargo, el titulo de dictador ha sido demonizado por los tiranos de las democracias, tales como los que la han impuesto a Iraq; si es que se tiene la desfachatez de llamar a eso democracia.

    A estos ‘democratas’ nadie los recompensa con honores ni una villa; pues ellos mismos se autorecompensan con riquezas desproporcionadas … democraticamente.


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