Una de las cosas más llamativas que han sucedido en Italia tras las elecciones del fin de semana ha sido la desaparición del Partido Comunista (ahora Rifondazione Comunista) de la cámara parlamentaria, cámara que tuvo como último presidente al líder de esta formación, Fausto Bertinotti. Massimo Modonesi habla de ello, aunque no termino de estar de acuerdo con su explicación de este hecho. Italia: el crepúsculo del comunismo parlamentario.
«El Partido de la Refundación Comunista, por su parte, mantuvo hasta 2006 la bandera comunista y la consiguiente postura política antisistémica y logró no sólo sobrevivir sino ampliar su presencia política gracias a tres recursos fundamentales. En primer lugar, participó y apoyó a los movimientos sociales antineoliberales –y en particular los altermundistas- lo cual le permitió rejuvener la militancia comunista, a diferencia de los principales partidos europeos, con excepción de la Liga Comunista Revolucionaria en Francia. En segundo lugar, contó con la popularidad de un liderazgo inteligente que combinaba la crítica radical con una gran capacidad comunicativa, el de Fausto Bertinotti. Por último, mantuvo su independencia al interior de un frente anti-berlusconi, es decir conservaba una diversidad y una especificidad político-ideológica sin marginarse de la lucha política nacional.»