¿Alguien vio anoche El síndrome de Ulises?, se pregunta Hernán Casciari (refiriéndose al jueves noche). Yo vi un trocito, me pareció horroroso, pero es que después del partido del Getafe me quedé anodino mirando la tele. El autor hace una pequeña reflexión sobre el efecto del cabreo futbolístico en el consumo televisivo.
«Si el equipo alemán marca otro gol, el humilde lo pierde todo. Y a falta de un minuto, el equipo alemán consigue el triunfo con un cabezazo imposible. España se queda en silencio. El árbitro pita el final. Los jugadores del equipo humilde se arrodillan en la hierba y lloran.
Es una lástima que sólo se mida el encendido de los televisores, y que nadie vigile el apagado. Hubiera sido histórico constatar nueve millones de aparatos apagándose al mismo tiempo. Con bronca, además. No con el mando, sino con el botón que está debajo de la pantalla; a patadas. Toda España se fue a dormir. Ocurrió el cambio climático en la mayoría de los hogares. Algo tan imprevisible como un huracán o un tornado. »