Si creemos que las campañas electorales españolas se pasan de sucias es que no tenemos, con perdón, ni puñetera idea. Para ilustrar esto, Inocencio Arias nos da algunos ejemplos de cómo las gastan en Estados Unidos, país que conoce realmente bien. Y los mensajes, sobre todo si son negativos, calan hondo. Llamada alarmante a las tres de la mañana.
«Las descalificaciones arrancan de antiguo en Estados Unidos, en la campaña de 1828 Andrew Jackson fue acusado de asesinato y canibalismo, pero los spots negativos en la televisión, ya existentes en la época de Eisenhower, tienen su consagración definitiva en 1964, cuando el equipo del presidente Johnson ideó el de “La margarita”. Empezaba con una cría deshojando una flor que se transformaba, abruptamente, en un hongo nuclear. El mensaje era que al contrincante, B. Goldwater, no se le podía confiar el arma nuclear. La brutalidad del anuncio hizo que fuera retirado pero, repetido por los telediarios, tuvo su influencia.»