No tengo televisión por cable o satélite. ¿Para qué, si tampoco tengo tanto tiempo para verla? Por eso la fusión de las dos plataformas de satélite no me afecta directamente. Tampoco me afecta mucho la pelea sobre la libre competencia, el la tele siempre es más de lo mismo. Lo que sí puede afectarme, y nadie parece entrar en el tema, es el asunto de la libertad de expresión. Ya sabemos que si hay multinacionales por el medio, esa libertad desaparece. Y en televisión, la libertad del de expresión es limitada: puedes cambiar de canal o apagar la tele. Lo único que tenemos es una lectura irónica sobre lo que nos cuentan. Anoto aquí a otro defensor de la nada, a otro que habla de competencia, fusiones y mercados, nunca de contenidos o ideologías. Gaspar Ariño-Ortiz:
La competencia de los enanos.