Álex Grijelmo expresa su preocupación por los peligros que Internet puede suponer para el ejercicio legítimo y ético del periodismo. En algunos casos peca de inmovilismo en alguna de sus apreciaciones pero la reflexión que propone es interesante y digna de reflexión. Con Internet las mentiras nunca mueren.
«La profesión periodística vive hoy en unas circunstancias diferentes que están afectando a las entrañas mismas de la responsabilidad profesional. Ha cambiado con mucha rapidez la manera de difundir la información y las opiniones; y no todos sus efectos han resultado inocuos. Así como la televisión creó —con el mero hecho de nacer— unos problemas éticos diferentes de los que afrontaban los periodistas de los medios impresos o los radiofónicos, ahora me pregunto si los medios digitales —por el mero hecho de nacer, también— entrañan unas dificultades igualmente singulares. Pretendo sostener aquí que muchos de los problemas éticos que siempre han afrontado los periodistas se han agrandado, merced a la cibernética. Y que, además, han aparecido problemas nuevos. Estamos tan deslumbrados con las ventajas curativas de Internet, que apenas reparamos en sus contraindicaciones.»