Explica Ramón Buenventura, que quien traspasa el arte a las multitudes no tiene por qué ser el artista, sino los receptores de la obra. Quizá vivimos una época de carencia, no de artistas, sino de receptores.
«La llamada «música contemporánea», a pesar de su enorme influencia en toda la creación musical, hasta la más arrastrada, solo toca a unos cuantos miles de personas en el mundo entero. La literatura más refinada apenas se lee, pero no se escribe una página hoy en día, ni siquiera en los textos más desvergonzadamente buscaperras, en que el avezado discernidor no capte la impronta, directa o indirecta, de alguno de los grandes escritores.»
2008-04-02 20:50
Disculpo a Buenaventura por la necesidad de abreviar. Coincido en la naturaleza de lenta expansión viral de algunas obras de arte. sin embargo no creo en Su necesidad, vital, ni que contribuya a la transformación del animal primero en un ser mejorable por impulso propio y consciente.