Pilar Ramírez hace un curioso resumen de casos de políticos —sobre todo norteamericanos— que renunciaron a su cargo por un motivo de escándalo de índole sexual. En todos estos casos, señala la autora, la esposa del político aparece siempre al lado de su marido, siempre dentro de un movimiento completamente político y nada ético. Si acaso te ofendí, perdón.
«El senador republicano David Vitter, conocido por sus posturas conservadoras, opositor a la reforma migratoria y defensor de los temas relacionados con la moral, la familia y el matrimonio reconoció haber cometido “graves pecados en el pasado”, luego de que la revista Hustler difundiera que Vitter estaba en la lista telefónica de un servicio de acompañantes. Vitter ofreció disculpas a quienes ofendió y aseguró que había recibido el perdón de su esposa Wendy, quien anteriormente había criticado la actuación de Hillary Clinton; en ese entonces aseguró que si supiera de una relación extramarital de su esposo se llevaría algo de él y no precisamente ayuda financiera. “Me parezco más a Lorena Bobbit que a Hillary”, aseguró Wendy Vitter. Hasta hoy no ha trascendido que David Vitter se queje de mutilación alguna.»