¿Estamos en manos de la técnica como los primeros hombres estaban a merced de la naturaleza? Eso es lo que plantea Ortega y la técnica, un artículo de Salvador Ruíz Fargueta.
«La técnica, en consecuencia, no es un fenómeno inteligible en términos estrictamente biológicos, ya que, en realidad no supone una adaptación del sujeto al medio, sino, inversamente, la adaptación del medio al sujeto. En este sentido, Ortega subralla que las necesidades humanas van siempre más allá de las pulsiones biológicas, e incluyen tanto lo objetivamente necesario como lo supérfluo. La vida humana, de hecho, siempre aspira al bienestar, a la vida buena, que constituye así “la necesidad de las necesidades”; ser humano, técnica y bienestar son, en última instancia, sinónimos.
Pero, como las ideas y espectativas alrededor de la vida buena varían histórica y socialmente, la orientación de la técnica también se transforma con ellas.»