Se ha hecho esperar pero por fin llega Queco con la tercera parte de su Increíble pero mentira: una historia de los falsos documentales, que vuelve a terminar con un “continuará”.. También podemos ver la Parte 1 y la Parte 2.
«Desde finales de los 60 los falsos documentales se convierten en uno de los formatos esenciales para las películas eróticas, con la excusa del estudio antropológico. Una excusa perfecta para el softcore. También será utilizado por el hardcore, pero en bastante menor medida; al menos hasta que John Stagliano invente el gonzo en 1989 y se abra la veda para falsas grabaciones caseras, falsos castings y falsos actores amateurs que, por su bajo coste de producción, constituyen hoy una gran parte de la producción internacional de cine porno.»